top of page

Cuando tu jefe cambia de prioridades cada día: cómo adaptarte sin perder el rumbo

¿Te ha pasado que empiezas el día con tu agenda perfectamente organizada… y a las dos horas ya no queda nada en pie? ¡Bienvenida al club! Cuando tu jefe cambia de prioridades constantemente, la sensación es que todo lo que planificaste no sirve de nada. Y sí, puede ser muy frustrante, sobre todo cuando has dedicado tiempo a preparar tareas que, de repente, dejan de ser urgentes o directamente desaparecen de la lista.


Pero aquí viene la realidad: la mayoría de las veces, estos cambios no son un capricho. Pueden deberse a decisiones estratégicas de última hora, a imprevistos con clientes o a información que aparece de repente y lo cambia todo.(ejemplo real): Tenía la agenda de la semana cerrada, con reuniones confirmadas y tiempos bloqueados. En menos de dos horas, tres reuniones cambiaron porque un cliente solicitó una llamada urgente con el CEO.


En este tipo de entornos, lo que realmente marca la diferencia es tener un sistema flexible que te permita reorganizarte sin entrar en pánico. La comunicación aquí es clave. Cuando recibas un cambio de prioridades, confirma siempre lo que has entendido:"Entonces, la prioridad ahora es preparar el informe para mañana y posponer la reunión con Finanzas, ¿correcto?". Esto evita malentendidos y, además, transmite que estás alineada y que puedes reaccionar rápido.


Lo importante es no aferrarte al plan como si fuera inamovible. Tu agenda es solo una herramienta; lo que importa de verdad es el objetivo. Si este cambia, el plan también debe hacerlo. Y cuanto antes lo asumas, menos te afectará emocionalmente.


Por último, cuida tu energía. Trabajar en un entorno donde todo cambia constantemente desgasta, así que busca micro-pausas, tareas rápidas que puedas cerrar para sentir que avanzas, y no tengas miedo de comunicar tus límites si ves que el ritmo es insostenible.


Que tu jefe cambie de prioridades cada día no significa que tu trabajo sea un caos. Significa que necesitas desarrollar reflejos rápidos, flexibilidad y una comunicación clara. Y, sobre todo, recordar que no se trata de controlar cada detalle, sino de responder con estrategia.

 
 
 

Comentarios


bottom of page